En el Día de Todos los Santos,
El 30 de Octubre del 2025 se realizó la tradicional Romería del Cuerpo de Bomberos de Talcahuano en el Mausoleo Institucional, en recuerdo de los Mártires y Voluntarios fallecidos.
Palabras del Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Talcahuano
ROMERÍA ANUAL EN MEMORIA DE LOS VOLUNTARIOS FALLECIDOS
El pasado jueves 30 de octubre, a las veinte horas, las compañías del Cuerpo de Bomberos de Talcahuano se reunieron frente al ex Cuartel General para, a las 20:15, dar inicio a la romería anual que convoca a los voluntarios en recuerdo de sus cofrades fallecidos. El estandarte institucional, en esta ocasión a cargo de los abanderados de la Cuarta Compañía, encabezó la formación que avanzó por las calles del puerto en dirección al Cementerio N°1.
Capellán Naval y Capellán de la Séptima compañia de Bomberos / Bomba Almirante Calixto Rogers Base Naval Talcahuano
Allí, frente al mausoleo institucional, el Superintendente don Jorge Peña Sandoval dirigió unas palabras a la formación, tras lo cual se presentó la ofrenda floral y se rindieron honores a los mártires y voluntarios fallecidos a lo largo de la Historia del Cuerpo.
Las tradiciones nacen del hábito y del respeto, pero sólo perduran cuando encarnan una memoria. La romería pertenece a esa clase de costumbres. En su sencillez se conserva la idea de que los actos y las vidas no terminan mientras alguien los recuerde. Lo que el tiempo parece borrar, la memoria lo preserva.
La vida de los que sirvieron no se extingue con la muerte. Permanece en la continuidad del recuerdo, en el gesto de quienes los suceden, en las palabras que repiten su nombre. La verdadera muerte no está en el fin del cuerpo, sino en el olvido. Recordar es prolongar, mantener vivo el espíritu (en tanto ideal, arquetipo), en el corazón de las personas. Cada generación cumple ese tránsito, y al hacerlo, da testimonio de quienes la precedieron.
Las tradiciones en la historia bomberil, como la romería, ofrecen a la memoria una forma y un lugar. Son el modo en que el recuerdo se vuelve comunitario y da cauce a la trasmisión de una memoria colectiva. Allí donde se recuerda, el pasado no desaparece. Cada año, el Cuerpo de Bomberos vuelve al encuentro con los suyos. El acto de recordar a los difuntos no obedece a la nostalgia, sino al ejercicio de reafirmar la identidad bomberil. Preservar esas ofrendas y tradiciones es una manera de conservar el pasado en el presente.
Mientras exista la tradición, la memoria de los que se fueron permanece viva en la comunidad. La tradición no busca inmovilizar el tiempo, sino impedir que la memoria se disuelva. Toda cultura enfrenta el olvido mediante sus ritos. Mientras exista la palabra, la señal o el gesto que evoque a los ausentes, éstos seguirán perteneciendo a la comunidad. En esa continuidad se funda la verdadera permanencia: los hombres pasan, pero la memoria, sostenida por la tradición, los hace perdurar.
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